miércoles, 24 de septiembre de 2014

Paso a paso

Para aquellos que fueron criados por sus padres comiendo carne, puede resultar difícil imaginar disfrutar de una cena de solo vegetales. No te preocupes… No se trata de ¡ser un devorador de lechuga! Si no de adaptar los diferentes platos que te gustan por platos vegetarianos, por ejemplo: ¡Tacos, espaguetis, lasaña, hamburguesas! Todo gran viaje siempre comienza con el primer paso. No importa cuánto tardes en hacer la transición entre una vida con carne y una vegetariana, lo importante es que comiences con este estilo de vida.

Una pregunta que tiene que soportar, toda persona que decide cambiar su estilo de vida es: ¿Entonces que comes? Obviamente igual tenemos que comer como cualquier persona lo hace, la única diferencia es que no comemos carne, incluyendo aves, carne de res, cerdo o pescado.
Otra cosa que siempre te preguntaran será ¿y si no comes carne, de donde sacas todas las proteínas que tu cuerpo necesita? Existe el concepto errado de que la carne es la única fuente verdadera de proteína, y que por lo tanto una dieta vegetariana sería poco saludable. Esto es un mito. Existen muchos alimentos vegetarianos que son ricos en proteínas, incluidos los lácteos y el huevo que tienen todos los aminoácidos esenciales y suplen los de la carne. 

Ciertamente, necesitamos proteínas y la carne es una rica fuente de ellas. Sin embargo, existe una diversidad de alimentos más sanos y aún más ricos en proteínas, como la gran diversidad de legumbres y cereales, la quinua, los vegetales y su combinación con hidratos de carbono, y la soya y sus derivados.

Fuentes vegetarianas de proteínas: 
-Lácteos: leche, yogurt, queso.
-Granos: trigo, arroz, maíz.
-Vegetales de hojas verdes.
-Legumbres: porotos, lentejas, arvejas, maní.
-Frutos secos: almendras, nueces castañas de cajú. 
-Semillas: sésamo, girasol.

-Productos de soja: tofu, tempeh, leche de soja.
-Vegetales: zucchini, berenjena,   etc. 

Si fuéramos carnívoros por naturaleza, tendríamos garras y dientes para triturar la carne. Si lo fuéramos, nuestro intestino no sería excesivamente largo (mide 12 veces la longitud de nuestro cuerpo), ya que la carne debe pasar rápidamente por el organismo debido a la velocidad de su putrefacción. Si nos informamos, veremos que nuestro aparato digestivo comparte más características con el de una vaca que con el de un león.

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